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Lugar: Spain

15 junio, 2006

Mark Twain. Autobiografía.

Mark TWAIN. (2004): Autobiografía. [Introducción y traducción de Federico Eguíluz]. "Espasa Órbitas". Espasa Calpe. Barcelona.
Samuel Langhorne Clemens, alias Mark Twain. (Florida, Missouri, 1835 - Redding, Connecticut, 1910).
"El pueblo se componía de un centenar de personas y yo aumenté la población en un uno por ciento". P. 27.
"Cuando era joven, podía recordar cualquier cosa, hubiera sucedido o no". P. 30.
"En junio me uní a los confederados en Ralls County, Missouri, como segundo teniente a las órdenes del General Tom Harris, y estuve cerca de tener la distinción de ser capturado por el coronel Ulises S. Grant". P. 147
"... al poco empecé a firmar las cartas, utilizando la frase que gritaba el sondeador del Mississippi al medir la profundidad segura para el barco: "Mark Twain", es decir, dos brazas o doce pies". P. 150
"Se llamaba Higgins, pero no tenía culpa de eso". P. 184
Comentario atribuido a Disraeli: "Hay tres clases de mentiras: las mentiras leves, las mentiras graves y las estadísticas". P. 200
"... ninguna frase nuestra que consideremos feliz, es nunca originalmente nuestra..." P. 202
"Yo no lo consideraba un vicio, porque él era escocés, y el whisky escocés para un escocés es tan inocente como lo es la leche para el resto de la especie humana." P. 206
"Como mentiroso no estaba nada mal y tuvo cierto éxito, pero no llegó a la distinción, porque era contemporáneo de Elisha Bliss y, cuando había que mentir, Bliss podía ensombrecer y borrar un continente entero de Webbs como si se tratara de un eclipse total." P. 213
"Después probé una presentación sacada de mis experiencias californianas. Consistía en que un extraño, desgarbado y fornido minero de la aldea de Perro Rojo empezaba a hablar de mí de forma ceremoniosa. La sala, totalmente en contra de la voluntad del hombre, al final le obligaba a subir al escenario para presentarme. Se quedaba un rato pensando y luego decía:
- No sé nada de este hombre. Bueno, por lo menos sé un par de cosas. Una es que nunca ha estado en la cárcel; y la otra es... (y aquí venía una pausa) que no entiendo por qué". P. 219
"... como consecuencia de haber repetido su charla doscientas veinticinco veces seguidas, se sentía capaz de decir su primera frase sin mirar al manuscrito; y que a veces llegó a hacerlo, cuando se encontraba un tanto atrevido". P. 224
"Lo que se llama una 'lectura' como espectáculo en un estrado público la ensayó por primera vez Charles Dickens, según creo. Se trajo consigo la idea de Inglaterra en 1867". P. 230
"Cuando un hombre lee de un libro en el estrado, pronto se da cuenta de que hay un arma poderosa en su batería de artificio con la que no puede obtener un efecto proporcionado a su calibre: es la pausa..." P. 237